Aunar esfuerzos para una medida posible

En un tiempo relativamente breve se ha dado en la provincia un hecho industrial y comercial muy significativo: la floreciente industria de la producción vinícola, que ha alcanzado sorprendentes niveles de calidad y crece en ventas, pese al mal momento económico que vive el país.

 

Esta industria vitivinícola concreta una de las esperanzas iniciales en cuanto al aprovechamiento del río Colorado y empalma con similares emprendimientos desarrollados en provincias del norte de Patagonia. Entre nosotros, la aplicación y desarrollo de técnicas modernas ha resultado en un riego prolijo y eficiente con el que varias bodegas han logrado productos de buena y muy buena calidad. Y más todavía: aunque no es una noticia demasiado difundida, una buena parte de esas uvas pampeanas se llevan a Cuyo para ser utilizadas en bodegas de la región.

 

Lo anterior no es mero palabrerío: lo demuestran los galardones que los vinos pampeanos han conseguido fuera de nuestra provincia, en competencia con productos de muy larga data y experimentación. De hecho los mostos pampeanos obtuvieron distinciones en provincias con siglos de experiencia vitivinícola lo que equivale –según el dicho popular—a “vender naranjas en el Paraguay”.

 

En otro nivel, aunque no menos importante, la circunstancia se ve refrendada por la inversión de capitales que se registra en la zona donde la existencia de tierras de buena calidad y provisión del agua necesaria resulta atractiva para los capitales que, a la par que generan trabajo, procuran réditos.

 

En una visión amplia, quizás sería interesante que el Banco de La Pampa, que viene desarrollando una inteligente política en lo que hace al crecimiento del consumo a nivel popular con la aplicación de originales planes de promoción a través del comercio provincial, considerara la posibilidad de incluir este nuevo aspecto de la promoción vitivinícola pampeana en las ofertas relacionadas con las fechas y acontecimientos significativos para el público en general, como es el caso de cuando pone en marcha ofertas atrayentes para la población, con ejemplos en los días celebratorios –De la Madre, del Amigo, comienzo de clases y las ya tradicionales fiestas de fin de año.

 

La posible medida seguramente se notaría también en su periódica repetición, con una influencia beneficiosa para con la economía popular de estos tiempos.

 

La posibilidad sugerida se amplía si se tiene en cuenta que la agrupación que reúne a los productores pampeanos en la materia consideran que una medida semejante, fácil de implementar, afianzaría la nueva concepción comercial que parece surgir en nuestra provincia, sin desmerecer las producciones tradicionales.

 

La idea no es nueva y acaso podría integrarse a los planes de ambas instituciones. Como se señalara, los viñateros han manifestado claramente su interés por una promoción de este tipo, que beneficiaría a ambas. Sería aunar esfuerzos en pro de un artículo más que común en el consumo hogareño y cuya concreción impulsaría una industria trascendente para el futuro de la provincia.